El análisis de tres ánforas romanas halladas el año 2018 en un fondo marino situado en las proximidades del San Felice Circeo (Italia) han permitido establecer cómo se elaboraba el vino en aquella época. Los restos arqueológicos, que fueron dispersados por la fuerza de las tormentas y mareas de invierno, se encontraban a unos quinientos metros de la costa y a entre cinco y siete de profundidad
La investigación, publicada en la revista Plos One, la ha llevado a cabo un equipo de la Universidad de Avignon (Francia) dirigido por la especialista en química analítica Louise Chassouan. Tras analizar el polen encontrado en esos recipientes, los científicos sostienen que eran utilizados para elaborar tintos y blancos con variedades locales.
También descubrieron que los habitantes de esa zona recubrían el interior de las ánforas con alquitrán de pino para impermeabilizarlas. Es posible que utilizaran ese producto para aportar además aromas y sabores al vino, señalan los autores del estudio. Otra de sus hipótesis es que hubiera presencia de un vino medicinal conocido históricamente como oenanthium.
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Foto: Chassouant et al (Plos One)