IGNACIO PÉREZ LORENZ
Marian Santamaría, David González y José Manuel Pérez Ovejas firman, en Rueda, Rioja y Ribera del Duero respectivamente, los tres vinos que más nos han emocionado en 2024. Cepas muy viejas en un caso, muy jóvenes en otro, y doblando la curva de la madurez en el tercero, les han permitido crear -combinando una vez más ciencia, arte y tal vez magia- un regalo que lleva la esencia de cada viñedo a primer plano.
Laslías de Beronia 2022
Más de setenta años han esperado unas cepas plantadas en Madrigal de las Altas Torres (Ávila) a que “Ángel de Viñas”, proyecto liderado por González Byass, las sacara del olvido. Un verdejo profundo, complejo, con peso, dotado de cierta cremosidad y sensación de volumen. Cuenta con recuerdos cítricos (lima) y notas a fruta blanca que resaltan su frescor y elegancia. Y el final característico de su variedad, ligeramente amargo, salpicado de notas minerales. (Beronia/Rueda/18 euros)
La Rellanilla 2023
Un vino de pueblo (Laguardia) cargado de color y rebosante de fruta (moras, frambuesas) que exhibe suavidad y pureza. Lo consigue gracias a seis meses de crianza con sus lías en un depósito de hormigón. La expresión amplia, fresca, sedosa y elegante que resulta entre aconsejable y obligatorio probar. Y la demostración de lo que es capaz de hacer el enólogo de la casa, David González, con un viñedo plantado en 2020. (Viña Salceda/Rioja/13,35 euros)
Doble M 2020
Procede de La Loma un pago situado a 830 metros de altitud, caracterizado por suelos muy pobres, tardía madurez y escasa producción, que ofrece uvas de enorme calidad capaces de elevar la elegancia de un vino. Le acompañan perfumadas notas de fruta negra, especias, regaliz, café y caramelo envueltas en acusado frescor balsámico. Sensación equilibrada por una seria pero contenida madurez, una profundidad fuera de lo común y una llamativa textura difícil de definir. Desvela además tenues apuntes minerales y anuncia una longevidad que es parte de su definición. (Dominio de Calogía/Ribera del Duero/39 euros)