Asociación de Bodegas por la Calidad: tres frases para una cata casi perfecta

IGNACIO PÉREZ LORENZ

“Rioja fue de blancos y seguirá siendo de blancos”. Era la primera de las llamativas afirmaciones escuchadas en una cata muy especial. La pronunció el enólogo de Gómez Cruzado, Juan Bautista Sáenz, durante la presentación en Madrid de la Asociación Bodegas por la Calidad. Uno de los grupos riojanos que busca mayor resonancia para su voz y para los intereses -basados en la declaración de intenciones que incluyen en su nombre- que representan. 

La frase formó parte del prólogo a la descripción de un gran vino, Montes Obarenes Blanco 2021 (49 euros), fermentado y criado en barricas francesas salvo una pequeña parte en huevos de hormigón. Aroma, fuerza, carácter y vibrante acidez logrados a base de algo de tempranillo blanco y otras variedades tradicionales combinadas con un mayoritario porcentaje de viura. Vidueño que como parte de un ensamblaje o en solitario daba vida a otros tres blancos.

Blanca del Castillo de Cuzcurrita 2020 (49 euros) resulta suave, muy agradable, con intensas notas cítricas y discretos amargos. Un monovarietal de viura que inicia el nuevo camino de esa bodega dedicada hasta hace poco en exclusiva a la elaboración de tintos. Flor de Muga Blanco Reserva 2020 (36 euros) -elegante, amplio, fresco y redondo- añade a la viura garnacha y maturana blancas. CVNE apuesta por la viura en solitario con su Monopole Clásico Reserva 2020 (22,95 euros). Los aromas y sabores de un vino con madera surgen atenuados por el impulso de una crianza parcial en botas bajo una fina capa de velo de flor. 

Muy originales, también, dos de los tintos. Un muy buen tempranillo especialmente fresco y frutal, Cemento Valenciso 2021 (20 euros), que ha pasado veintiocho meses en depósitos de ese material. Miguel Merino Mazuelo de la Quinta Cruz 2021 (40 euros) -fruta negra, tensión y mineralidad- coincide en la meritoria búsqueda de la expresión más pura de una variedad, en este caso la cariñena. 

Viña Real Bakeder 2021 (18,50 euros), es el bello nombre -paz hermosa- de este espectacular vino de Laguardia. Una de las más respetuosas interpretaciones del tempranillo alavés que exhibe fruta, frescura, finura y categoría. Algunos de esos atributos coinciden con los de Finca Martelo 2019 (26 euros), emblemática marca de Torre de Oña que en esta añada ofrece suave textura, longitud y mucha fruta roja. 

“Los vinos de Rioja se hacen mayores sin envejecer”. Esa fue otra de las impactantes sentencias pronunciadas esa mañana en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Su autor, Julio Saénz, director técnico del grupo La Rioja Alta, S.A., explicaba con ella a la audiencia las características de un tinto enorme nacido hace catorce años, Viña Ardanza Reserva 2010 (28 euros). Una botella que sorprende -probablemente lo haga durante mucho más tiempo- por tanta complejidad, distinción y belleza como encierra.

Un gran reserva concluía este tramo. Martínez Lacuesta Campeador 2005 (110 euros), tempranillo y garnacha al 50 %, muestra que sale con bien de la prueba. La última llamada de atención, un espumoso de viñedo singular, Conde Valdemar Finca Alto Cantabria 2017 (150 euros en magnum). Un canto a la viura, su acidez y su larga vida que regala delicadeza, longitud y simpatía. Casi tanta como la tercera llamativa frase de este encuentro. La pronunció Manuel Muga tras calificar de casi perfecta la experiencia. Solo faltaba -añadió- incluir un rosado para que fuera perfecta.