IGNACIO PÉREZ LORENZ
La llegada a Viña Salceda de un enólogo como David González estaba destinada a marcar un antes y un después. Era y es un valor al alza tras su labor -entre otros destinos- en Gómez Cruzado donde dejó clara su pasión por el frescor y la fruta de las garnachas del alto Najerilla. Y también, por la búsqueda de un espacio para los blancos de Rioja que anunciaba lo que el mercado ha terminado por demandar.
Así que tras refrescar y renovar en lo posible el crianza 2020, el nuevo director técnico de esta bodega alavesa se ha lanzado a crear en depósitos de hormigón un blanco sobre lías que sigue caminos por él ya transitados. Un vino del 2023 en el que abundan los tonos a flores y frutas (manzana, melocotón…) revestidos de elegancia, longitud, intensidad y vibrante acidez. Acertada combinación de viura y tempranillo blanco que permite construir un vino actual y llamativo que invita a repetir.
Su siguiente sorpresa, también del 2023, tiene como base el tempranillo tinto de una de las parcelas más elevadas de Laguardia. Llegará al mercado en septiembre con la categoría, recientemente revisada, de vino de pueblo y dispuesto en parte a romper moldes y en parte a revisar el pasado. De nuevo depósitos de hormigón y ausencia de madera para retener la fruta, el frescor y la privilegiada expresión de los vinos de Rioja Alavesa. Pese a la juventud de sus cepas y la austeridad de su crianza es un vino sobrado de pureza, encanto y alegría que termina de situar a Viña Salceda frente a un horizonte sin límites.