IGNACIO PÉREZ LORENZ
Resulta espectacular su intensidad aromática. Los habituales recuerdos a flores blancas, frutas, tonos anisados y cítricos se expresan en este albariño con enorme prestancia y viveza. Al igual que el sabor profundo, las sensaciones de peso y volumen en boca, su destacado frescor y un final equilibrado, redondo, muy persistente y mínimamente amargo que apunta a su probable permanencia durante algunas semanas en contacto con las lías finas.
Todo ello cuando apenas lleva un par de meses embotellado y su expresión acaba de iniciar el largo y venturoso recorrido que le aguarda. Un viaje que se repite una y otra vez y que permite deleitarse ahora con cosechas anteriores de varias marcas de la casa. Entre otras, el 2016 de Cepas Vellas marcado por la complejidad y fuerza o dando un par de pasos más hacia atrás el 2014 de Do Ferreiro, claro ejemplo de refinada solidez.
La presentación de las últimas añadas, a lomos del famoso e interminable cocido del restaurante Cabanas de Lalín (Pontevedra), incluía tres vinos con algo más de crianza. Tomada do Sapo 2022, que procede de un viejo viñedo replantado hace seis años para modificar el sistema de conducción, sorprende por la combinación de estructura y acidez. Temprana realidad, salpicada por tonos salinos y yodados, que obliga a soñar con su proyección en el tiempo.
Diferente, con mucho carácter y quizá algo más austero el perfil de Adina 2022. Salpicado por tonos a hinojo y a hierbas, Lourido 2022 muestra una curiosa dualidad entre tensión y madurez o notas dulces y amargas. El reflejo, al igual que en las restantes elaboraciones, de suelos, parcelas, orientaciones y alturas. Y el resultado del singular reto al que se enfrenta cada año esta colección de vinos blancos para lograr su propósito: atrapar la magia del mejor albariño.
Bodega: Gerardo Méndez
Web: https://www.bodegasgerardomendez.com
DO: Rías Baixas
Variedad: albariño
Alcohol: 12,5 %
PVP: 17 euros