I. P. L.
Cuenta con una fórmula casi imbatible. Dos lugares mágicos -Casa Llotja de Mar y Casino de Madrid- de las dos ciudades que se alternan como sede (este año se celebra en Barcelona). También, unas cuantas dosis de emoción desde que se abre una especie de carrera contrarreloj para rellenar las inscripciones. Y a partir de allí, la publicación de los admitidos, el inicio de las pruebas y una semifinal que elimina candidatos y dispara la tensión. Una mecánica similar -público incluido- a la de tantos concursos televisivos incrementada por la inquietud de los aspirantes a ganar el Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas.
El tamaño de la recompensa en metálico -30.000 euros para los ganadores- refrenda la sensación de estar asistiendo a un acontecimiento y las copas (Riedel) permiten presumir que los organizadores saben lo que hacen. El resto, catar a ciegas y por parejas vinos de cualquier parte del mundo para adivinar o acercarse a la respuesta acertada sobre el origen (país, zona, denominación), variedad, añada, elaborador y marca. Todo ello bendecido por un notario.
Cuando se anuncien nombres, se entreguen los cheques y se hagan las fotos quedarán atrás horas de entrenamiento, nervios y esperas. La cata, una ciencia y un arte, convertida durante una jornada en competición, espectáculo y sistema de promoción. Y en interesante reunión de aficionados en torno, entre prueba y prueba, a una feria de vinos y quesos. El domingo 3 de marzo de 2024 a partir de las 11 horas.