IGNACIO PÉREZ LORENZ
Es una provocadora invitación a soñar con un viaje en el tiempo. El irrealizable propósito de compartir algunos de los momentos vividos por un grupo de amigos en un txoko de Ollauri (La Rioja). Descubrir allí cómo ha cambiado, aunque sea mínimamente, la cocina tradicional en el último medio siglo y probar (o volver a probar) con ellos los grandes vinos que, al menos en Rioja, ya eran frecuentes en esos tiempos.
Escuchar, además, sus conversaciones para averiguar hasta dónde llegaba esa pasión compartida que les llevó a fundar una bodega. Y pedirles, por último, su opinión sobre un tinto de tempranillo y graciano creado por Bodegas Beronia para conmemorar el cincuenta aniversario de aquel momento. Aprobación y sorpresa serían probablemente sus reacciones.
El vino, rabiosamente moderno y a la vez respetuoso con el pasado, logra hitos poco frecuentes por entonces. Envuelve en suavidad y distinción la inusitada fuerza y tensión aportada por la suma de dos nobles variedades. Combinación que le permite exhibir finura aromática, discretos apuntes florales y abundante fruta mayoritariamente roja (frambuesa). Lo realzan también recuerdos a regaliz, cacao, torrefactos y madera salpicados de frescor balsámico.
Una elaboración, con profunda capa y equilibrada acidez, capaz de seducir a los aficionados de cualquier generación y cumplir sobradamente con sus dos, parece, principales objetivos. Presumir de un gran vino diseñado para la ocasión y ofrecer una oportunidad a los consumidores. La de acumular botellas -si es posible por cajas y en formato magnum- de un tinto para beber y para guardar que vale más de lo que cuesta.
Bodegas: Beronia
Web: https://www.beronia.com
D. O. C: Rioja
Variedades: tempranillo y graciano
Alcohol: 14 %
PVP: 17 euros