IGNACIO PÉREZ LORENZ
La segunda entrevista más leída. Recuperamos, al igual que otros veranos, las entrevistas, catas de vinos y noticias que más han interesado a nuestros lectores desde el uno de agosto del año pasado. La tercera entrevista más leída en los últimos doce meses fue publicada por primera vez el 02/08/2022.
Hay una foto que resume sus primeros recuerdos en torno al vino: con seis meses y subido al tractor de su padre. Un mundo, recuerda ahora, en el que muy pronto arraigó. Siempre estaba en el campo o en la bodega ayudando y aprendiendo. Y también, probando mostos y oliendo los depósitos cuando arrancaba la fermentación. “Cuanto más mayor me iba haciendo, más vinos probaba y más me iban gustando. Al empezar a estudiar el grado de Enología y Viticultura te va cautivando más y más hasta que se vuelve un modo de vida”.
En 2016, siendo todavía estudiante, se estrena como elaborador con Abaris, el primer blanco de Abeica, la bodega familiar. Fueron 256 botellas, una sola barrica. “Yo quería hacer un blanco que demostrara el potencial de la viura en esta zona, más concretamente en Ábalos (La Rioja). Y de ahí en adelante fui creciendo y aprendiendo y empecé a probar con el rosado, con la garnacha y con el mazuelo. A partir de la añada 2019 me quedo en la bodega tras terminar los estudios y las prácticas en Viñedos de Paganos con Marcos Eguren de quien aprendí mucho. En 2020 ya definimos la gama de los vinos y siempre trabajamos intensamente y con muchas ganas para seguir aprendiendo y mejorando”.
-El Basque Culinary Center lo incluye hace unos meses en la lista de los Cien Jóvenes Talentos de la Gastronomía y Luis Gutiérrez (Robert Parker Wine Advocate) lo considera “el nuevo descubrimiento más emocionante” de su último viaje a Rioja. ¿Qué se siente al ser el centro de atención a los veintiséis años?
–Cuando me llamaron del Basque Culinary Center y me lo dijeron yo no me lo esperaba, porque siempre había trabajado duro por poner en valor nuestros vinos pero no crees que te puedan elegir a ti. Me hizo mucha ilusión y me invitaron a unas jornadas en su sede de San Sebastián donde nos trataron genial y nos dedicamos a debatir la visión de la juventud en todos los ámbitos de la gastronomía con cocineros, sumilleres, empresas emergentes…
Lo de Luis Gutiérrez fue por sorpresa también. Hablamos en mayo y me propuso catar los vinos, a lo que yo accedí encantado. Publicó una foto el día que los cató (algo que nos agradó muchísimo) y nos hizo esperar con más ganas aún si cabe su reportaje sobre Rioja 2022. En él habló muy bien de mí y de nuestros vinos, cosa que me puso los pelos de punta. Es un verdadero orgullo que a una persona tan importante en este mundo le gusten tus vinos y hable así de bien de nosotros. Estamos muy agradecidos.
-Dicen que para convivir con esa popularidad que parece le va a envolver muy pronto hay que tener la cabeza bien asentada.
-Sin duda lo más importante es tener claro lo que haces, cómo lo haces y por qué lo haces. Las críticas, ya sean buenas o malas, se agradecen, pero sí que tengo las ideas muy claras de hacia dónde tenemos que ir y cómo tenemos que hacerlo. Todo se resume en trabajo constante y perseverancia. Soy un poco cabezón y me gusta hacer las cosas lo mejor posible.
-Supongo que no habría alcanzado ninguno de sus logros sin una familia que le entienda, le respete y le apoye. ¿Cuál ha sido el papel de ellos en todo esto?
–La familia es lo más importante. Siempre he tenido la suerte de tener todo el apoyo y toda la libertad de hacer lo que quiera como quien dice. Son cambios importantes los que hemos hecho, pero bueno, se ven los resultados y todos estamos muy contentos. Trabajamos en equipo la cuarta y la quinta generación para llevar esto por buen camino. Nos esforzamos mucho en el campo y en la bodega, nos gusta lo que hacemos y lo disfrutamos.
-¿Cómo son sus vinos?
-Los vinos son sinceros, cada uno expresa lo que es y dónde está y eso es lo que buscamos. El tinto Abeica Colección de Viñedos es la expresión de un tempranillo puro de viñedos viejos. Es eso lo que buscas en un vino, uva y solo uva. La mejor forma de darle valor a este patrimonio que tenemos la suerte de poseer, cuidar y mantener. El vino blanco representa ese poder que tiene la viura en esta zona, esa elegancia que le da la caliza del suelo y le acompaña esa frescura que tenemos aquí ya que Ábalos es una de las zonas más frías de Rioja.
El mazuelo, muy delicado y complejo, se manifiesta de forma sutil, es muy varietal. La garnacha representa muy bien nuestro clima, es muy frutal en nariz, con predominio de fruta roja y la boca es delicada, larga y tiene una acidez eléctrica. Carronillo (tempranillo con algo de garnacha y también un poco de viura) es nuestra punta de lanza. Un vino elegante, completo, frutal y seductivo. La boca es larga y delicada. Nos tiene enamorados, sabíamos que las uvas de ese viñedo eran únicas.
-¿El terroir y los vinos parcelarios qué importancia tienen en su proyecto?
-A través de un vino es como mejor se representa un viñedo, una zona o un pueblo. Lo bonito de esto es ver dentro de una gama de vinos esas diferencias que dan las variedades y los viñedos. En definitiva es lo que buscamos, la máxima expresión de ese viñedo o ese pueblo a través de un vino. Me parece la mejor forma de poner en valor este patrimonio vitícola y es en lo que estamos trabajando.
-¿Y el peso de la tradición?
-La tradición no es un peso, la tradición está para aprender. No sabe todo lo que se aprende escuchando a mi padre, a mi abuelo… La tradición es experiencia, pero eso junto con la sabia de nuevas generaciones yo creo que es la combinación perfecta.
-¿Y las variedades? ¿Sacaría al mercado un chardonnay, un verdejo o un cabernet?
-Yo soy partidario de trabajar únicamente con variedades autóctonas. De hecho es lo que hacemos ya que creemos que son las que expresan la zona, el pueblo y en definitiva el terroir. Con el potencial que tienen no veo necesario usar las foráneas. Creo que el chardonnay se dará siempre mejor en Borgoña y el verdejo en Rueda… Debemos apostar por lo que tenemos ya que es lo que más adaptado está.
-¿Creo que no está solo, que en su pueblo o en su zona hay otros jóvenes con intereses y posiciones parecidas?
–No estoy solo, no. Un grupo de jóvenes elaboradores de los pueblos de la zona (San Vicente, Briñas..) busca, al igual que yo, defender este patrimonio tan bonito y expresar su carácter a través de los vinos. Tengo grandes amigos como Jose y Vicky, de Jose Gil, Miguel Merino, Miguel Eguiluz, de Cupani, Carlos Sánchez, Alvaro Loza….
Hay mucha gente trabajando duro y haciendo las cosas bien por la zona pero deberíamos ser muchos más. Tenemos un grupo de cata a ciegas, “Los martes of wine”, que nos juntamos una vez a la semana para catar vinos de todo el mundo y aprender unos de otros.
-¿Cómo cree que será el futuro?
–El futuro lo veo prometedor, veo a mucha gente luchando por hacer grandes vinos y nosotros seguiremos igual, trabajando con mucho interés, aprendiendo y disfrutando de lo que hacemos, que es lo más importante. Nos ayuda que profesionales como Luis Gutierrez o Tim Atkin estén dando voz y apoyando a proyectos familiares y pequeños de esta y de otras zonas. El mercado responde muy bien a este tipo de vinos y hay mucha inquietud por probar cosas nuevas.
La gente bebe menos pero bebe mejor y hacia allí va el mercado: a beber vinos de calidad con una historia o unas personas detrás. Me gustaría que hubiera mucha más gente joven apostando por esto y creo que muy pronto la habrá. Es una labor agotadora pero muy gratificante y lo que tengo claro es que seguiremos trabajando en ello.