La cosecha 2019 ha permitido elaborar a Familia Luis Cañas 17 botellas de benedicto. Esta variedad, de la que apenas hay vides, y el albillo mayor, también llamada turruntés, son los progenitores del tempranillo. Las uvas proceden de 37 cepas viejas localizadas en 20 parcelas de sus viñedos en Rioja Alavesa. El hallazgo es parte de la investigación realizada por esta empresa familiar (Bodegas Luis Cañas y Amaren en Rioja) y el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino cuyos resultados ha adelantado el foro Verema.
Durante varios años los responsables del proyecto han localizado y analizado las plantas que pudieran no estar identificadas. El resultado de esas pruebas genéticas ha mostrado que los viñedos de Juan Luis Cañas guardaban otros muchos tesoros ocultos que han dividido en grupos.
– Variedades nacionales cultivadas en otras denominaciones que no están admitdas en la DOC Rioja: bobal, mencía, verdejo, xarello, tinta velasco, palomino, parellada…
– Variedades minoritarias, muchas veces olvidadas, algunas con un potencial enológico altísimo: garró, marufo, morate, cadrete, hebén, salvador, aramon, castellana blanca, santa magdalena, rojal tinta…
También hay vidueños internacionales llegados hace casi 120 años (malbec, cabernet sauvignon…) y algunas plantas que todavía no se han podido identificar. Además se han seleccionado clones de variedades tradicionales, identificando biotipos de viejos tempranillos, garnachas o gracianos con características muy diferentes a los clones comerciales actuales. A partir de ahora Familia Luis Cañas se dispone a colaborar en la lucha contra “la erosión genética” plantando un viñedo y comprobando el potencial enológico de estas variedades.
Más información: https://www.verema.com