IGNACIO PÉREZ LORENZ
Todo fluye en este encumbrado tinto que va poniendo encima de la mesa, una tras otra, las pruebas que acreditan sus orígenes. La pertenencia, por ejemplo, a una cosecha, 2021, memorable para la Ribera del Duero, que justifica cualquier esfuerzo de sus promotores para llegar hasta aquí. Y que beneficia especialmente a quienes abrieron el camino que muchos otros han seguido.
Entre esos veteranos, Bodegas Rodero, que hunde sus raíces en una de las más atractivas zonas de la denominación de origen, Pedrosa de Duero (Burgos). El lugar en que viejas cepas, clones tradicionales y el tempranillo, en solitario o en acertada combinación de variedades, permiten elaborar vinos de destacada finura. Con todos esos elementos a su favor, elegir esta marca, una de las más cuidadas y con menor producción de la bodega, es apuesta segura.
Carmelo Rodero TSM 2021 sugiere ya en sus aromas la profundidad que le caracteriza y en sus recuerdos a bayas, mayoritariamente negras, una interesante evolución apenas iniciada. Se adorna, fruto de diecisiete meses de crianza en barricas francesas, con la clara combinación de notas a arándanos, grosellas, cerezas, regaliz, café, cacao y cassis. Aun así está mucho más cerca de la enología de escasa intervención que de cualquier alarde tecnológico. Es uva fermentada en estado puro, de perfecta pero contenida madurez, y domada con prudencia por el roble para suavizar su seriedad y potencia. Las únicas sorpresas, que muestra además, en una especie de dualidad, delicadeza, elegancia y exquisito frescor. Y que se despide, tras exhibir un esplendoroso equilibrio, con el anuncio de la larga vida que le espera.
Bodegas: Carmelo Rodero
Web: https://bodegasrodero.com
DO: Ribera del Duero
Variedades: tempranillo (75 %), merlot (15 %) y cabernet sauvignon (10 %)
Alcohol: 15 %
PVP: 65,90 euros