Salón de Vinos Radicales (I): Los vinos de pasto y el meridiano encontrado

IGNACIO PÉREZ LORENZ

No se ha perdido el nombre, extendido por todo el país con varios significados, ni ha dejado de usarse para determinados vinos de Jerez, Sanlúcar y Montilla-Moriles. Define en aquellas tierras a los blancos sin alcohol añadido en los que vibran a veces algunos acordes de crianza biológica. Hoy los vinos de pasto representan una avanzadilla enológica que obliga a esas denominaciones de origen -aunque hasta ahora solo Montilla los haya acogido en su seno- a convivir con una nueva realidad y a mirar hacia un futuro que les produce cierto reparo abrazar. El significado de la palabra y el peso de muchas décadas sin apenas cambios enfrentados a una renovada tradición.

“Cádiz en blanco puro” era el título (bellísimo) que reunió en el noveno Salón de Vinos Radicales a seis de estos productores. Suelos de albariza, trabajo artesanal, poco grado alcohólico, variedades recuperadas (vigiriega, perruno…), pagos míticos y agricultura sostenible son algunas de las características comunes a los protagonistas de este movimiento. Viñadores que lejos de haber perdido el meridiano de Cádiz -como recuerda una de las marcas- lo embotellan como parte de un paisaje al que se entregan. 

Elaboraciones en algún caso con claras influencias internacionales como Tamira 2022, de Marcelo Retamal, que combina a partes iguales vino criado en barrica francesa y en bota para construir un blanco actual, delicado y gastronómico. Más cercanos al estilo jerezano y sanluqueño Sin Bulla 2022, de marcada salinidad, o Sotovelo 2022 con estructura, notas frutales y apuntes a velo de flor. De nuevo tenues recuerdos a levadura acompañados de notas cítricas en Meridiano Perdido 2021 y en un estilizado La Retahíla Perruno 2022 de Raúl Moreno.   

Maravillosa acidez (no corregida) la que ofrece Vino de Yerba 2022 gracias a una variedad ancestral, todavía sin nombre, encontrada en la Sierra de Grazalema. Un pequeño porcentaje de esa uva tinta elaborada en blanco (blanc de noir) es suficiente para que el palomino de jerez, mayoritario en el coupage, ofrezca en esas cálidas tierras frescor a raudales. Un hallazgo, al igual que los restantes vinos de pasto presentes en la cita, que impulsa a ese comprometido grupo y a las denominaciones de origen de las que un día formarán parte si es que quieren.