No es el lanzamiento de un vino. Ni tan siquiera el de un jerez muy especial. Es una historia que quizá mezcle esos sentimientos que aparecen con frecuencia en los poemas lorquianos. Especialmente en los dos romances dedicados al Camborio. Un nombre que hoy es, además, marca de fino viejo y en rama que se ha terminado de criar en la única patria de la manzanilla por Bodegas Juan Piñero.
La presentación de este Fino Camborio en Rama Seleccionado, “un fino amontillado como los de antes”, la recoge el Diario de Jerez. Su crónica concluye con una afirmación y unas palabras entrecomilladas de Ramiro Ibáñez, enólogo de la casa y uno de los protagonistas de la renovación de esos vinos. El lanzamiento es la culminación de un proceso iniciado por Juan Piñero antes del traslado de la solera a Sanlúcar “en busca de este fino antiguo, con más estructura y profundidad”.
Un fino de 12 años que “rinde culto a los vinos que dieron fama mundial al jerez”, como subtitula el periódico, que llega al mercado poco después de que Peter Sisseck haya sacado a la venta el suyo criado en la bodega jerezana que adquirió junto con Carlos del Río a Juan Piñero. El fino del creador de Pingus procede, según The Wine Advocate, de “una de las mejores soleras que existe en Jerez…”. La frase concluye diciendo que esa solera “es la de Fino Camborio”. La revista, que lo ha considerado uno de sus descubrimientos de 2020, le ha concedido 96 puntos.
Apostar por que existe una o existen dos soleras es fácil porque se acierta seguro. Hubo una y cuando se vendió la bodega, se dividió. Ramiro Ibáñez se llevó entonces una parte a Sanlúcar. La pregunta ahora es si cargó con las mejores botas o no. Y si es así, cuántos puntos sobre cien, al estilo estadounidense, le corresponden a su fino en rama. Otra cuestión que se podría plantear es si alguien va proponer una cata a ciegas de esos dos vinos. Apasionante romance, sin autor posible, por escribir.
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Foto: Bodegas Juan Piñero
M. J. A.