El tercer jueves de noviembre lleva camino de ser cada vez más internacional. Y no solo porque esa fiesta que marca la llegada de un vino joven elaborado al sur de Borgoña se beba en todo el mundo. Ahora también porque se produce en más países. El cambio climático ha tenido la culpa de que los ciudadanos británicos puedan elegir entre las botellas francesas, algunas españolas y desde el año pasado las suyas.
El english nouveau copia nombre e idioma, imita aromas, sigue estilo y se adapta a la fecha de salida. Cambia la variedad y en lugar de gamay opta por pinot noir. También es distinta la cantidad de botellas que han puesto en el mercado, mucho menor, y el precio, algo más elevado.
Foto: Sixteen Ridges vineyard