A partir del día 15 de octubre ya se podrá beber lo mismo que una de las exparejas de moda siempre que se esté dispuesto a desembolsar 320 euros por botella. Cinco años de preparativos (poco secretos) han llevado hasta este lanzamiento que llega en un momento difícil para el mayor símbolo internacional de la alegría y la celebración.
La historia comienza años atrás cuando esos dos actores, Angelina Jolie y Brad Pitt, se involucran en la creación de un rosado provenzal, Miraval Rosé. Un nombre que se mantiene y amplía para el nuevo proyecto, Fleur de Miraval, la primera maison de Champagne dedicada exclusivamente a elaborar champán rosé. Un homenaje o un guiño a la leyenda de Fleur de Miraval, condesa nacida en Provenza que, como aficionada al color de los vinos de su tierra, solo bebía champán rosado.
Las ya asociadas familias Jolie-Pitt y Perrin se han unido, para esta su nueva aventura, a la familia Peters que lleva más de un siglo elaborando champán en Mesnil-sur-Oger. Y todos juntos han hecho pruebas, elegido una botella lacada, para que la luz no afecte al contenido, y seleccionado uvas de entre los viñedos de los Peters. Veinte hectáreas situadas mayoritariamente alrededor de Mesnil-sur-Oger, en la Côte des Blancs, de las que 16 tienen la categoría de gran cru. El ensamblaje, un 75 % de chardonnay acompañado por el fruto de cepas jóvenes de pinot noir que aportarán el color y el peculiar sabor a frutas rojas de esas elaboraciones.
Así llegarán al mercado en unos días 20.000 botellas (pocas o muy pocas para como se las gastan en aquellas tierras) de un vino que, parafraseando a un clásico, permitirá a quienes puedan y quieran permitírselo ver las estrellas y beber como las estrellas.
Foto: Champagne Fleur de Miraval