En 2018 el consumo de vino en nuestro país aumentó hasta los 1.008 millones de litros y en 2019 hasta los 1.100 millones (9%). Son las conclusiones del estudio impulsado por la Interprofesional del Vino y realizado por el Observatorio del Mercado del Vino durante el año 2019 sobre el ejercicio 2018.
Estas cifras muestran, en ambos casos, una clara tendencia a la mejora del consumo de vino en España que estaba situado en 1.000 millones de litros. El incremento se ha producido tras diez años de estabilidad y después de que se produjera una sensible disminución entre el final del pasado siglo y la primera década del actual.
El trabajo realizado pone de manifiesto que los dos canales principales son los tradicionales: tiendas (supermercados e hipermercados) y bares y restaurantes. Las ventas en estos dos canales, de un 35% y un 31% respectivamente, apenas suponen dos tercios del consumo en España. El resto, aproximadamente un tercio, llega a los consumidores por otras vías menos estudiadas y más difíciles de establecer.
Entre ellas, las ventas en vinotecas y tiendas gourmets estimadas en 58,7 millones de litros, las de clubes de vinos en 4,2 millones, las realizadas por Internet –sin incluir la distribución tradicional en su canal digital– en otros 8,1 millones de litros y las ventas directas desde bodega y autoconsumos de empleados y socios en otros 180,5 millones de litros, un 18% del total.
Los turistas que visitan España consumen unos 57 millones de litros a los que hay que añadir 32 millones de litros comercializados en Canarias. El valor de mercado del vino consumido en España en 2018 alcanzó los 6.810,5 millones de euros, a precios pagados por los consumidores.
El canal de hostelería y restauración absorbe el 54%, mientras que tiendas, supermercados e hipermercados, el 17%. Las ventas en vinotecas y tiendas gourmet, con vinos generalmente de precio más alto, suponen un 12% y las realizadas en clubes de vino apenas llegan al 1%. Las transacciones a través de Internet realizadas por empresas distintas a la gran distribución o en Canarias añadirían otro 3%. Las ventas directas de bodega, normalmente a precios más económicos, supondrían un 4,5% y las realizadas a turistas, un 8,4% a una media de casi 10 euros por litro.
El estudio está elaborado sobre datos estadísticos y entrevistas realizadas a agentes del sector. En opinión de sus autores es “la mejor aproximación realizada, hasta la fecha, sobre la realidad del consumo de vino en España”. El informe mostraba una clara recuperación del consumo en los meses anteriores a la COVID-19 y una creciente complejidad en cuanto a la forma de distribuirlo y hacerlo llegar a los distintos clientes.
Foto: Rémi Rivière (Unsplash)