De nuevo, abril. Una vez más llega la fecha en que se abren las puertas de la bodega La Constancia para dejar pasar, venencia en mano, a Antonio Flores, el hacedor de vinos de González Byass. Una escena que tiene siempre algo de paseillo en tarde de gloria. El velo de flor estará, es seguro, bien. Resultaría extraño que no estuviera siempre o casi siempre bien. Entre las aproximadamente veinte mil botas que cobija esa casa, tiene que ser fácil encontrar entre sesenta y setenta que estén criando fino primorosamente.
Las lluvias generosas de este invierno y una primavera calurosa habrán modificado ligeramente las condiciones ambientales pero los edificios siguen siendo los mismos. También sus techos elevados, sus sombras, las ventanas que acogen generosas los vientos favorables y un suelo capaz de retener la humedad. Las condiciones necesarias para que algunos de los mejores pagos, Macharnudo y Carrascal, sigan desvelando su grandeza al recorrer estas primeras edades de la palomino.
La décima edición de Tío Pepe Fino en Rama 2019 ofrece una vez más, en feliz aniversario, un vino sin clarificar ni filtrar que frente a la luz permite ver la huella, en suspensión, del velo que lo ha protegido durante años. Y que seguirá influyendo en su larga y positiva evolución.
Notas cítricas y recuerdos a levadura anuncian un blanco sobradamente elegante, radicalmente seco y algo salvaje que constituye la versión más auténtica del fino. Una botella que comienza por recobrar la belleza del pasado en su etiqueta y que quizás tome, también de otros tiempos, su genialidad. Es posible que, años atrás, los mejores finos fueran así.
Bodega: González Byass
Web:https://www.gonzalezbyass.com/
DO: Jerez-Xérès-Sherry
Variedad: palomino
Alcohol: 15%
PVP: 16 euros