La Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa, ABRA, que hasta ahora había defendido la ruptura con Rioja, anuncia que emprenderá un nuevo camino para “preservar la identidad y calidad de sus vinos”. Este compromiso -añaden- “no consiste en crear nuevas denominaciones, sino en fortalecer aquello que ya nos hace únicos”. El manifiesto se ha hecho público solo unos días después de que los gobiernos de Euskadi, Navarra y La Rioja -las tres comunidades autónomas implicadas- sellaran un acuerdo para resolver juntos las dificultades que lastran a esa denominación de origen calificada.
ABRA reconoce que se enfrenta “a una crisis profunda” y que en los últimos ocho años 96 bodegas alavesas han cerrado. La caída del precio de la uva y el vino y el aumento de los costes de producción han reducido la rentabilidad y llevado a muchos viticultores a abandonar la actividad. Entre las causas que han originado esta situación señalan a la “alta producción permitida por el consejo regulador” y al cambio en los hábitos de consumo. Las bodegas que forman parte de esa asociación insisten en que consideran vital que los vinos de Álava se diferencien “dentro de la DOC Rioja para proteger su singularidad”.