Fuentelún Reserva 2018: suavidad, madurez y profundidad

IGNACIO PÉREZ LORENZ

Regenerar la vida del suelo, considerar la viña como un organismo vivo y lograr la armonía. Esas son, teniendo en cuenta también las influencias cósmicas, algunas de las leyes que rigen la biodinámica. Un camino -más largo y complicado que el de la agricultura ecológica- recorrido en uno y otro caso con constancia por los responsables del viñedo que da nombre a este tinto ribereño. La parcela, situada en la parte vallisoletana de la denominación de origen, se plantó hace cuatro décadas con cepas de tempranillo. 

Estos condicionantes se suman a sus suelos arenosos y a una cosecha, la de 2018, que parecía empeñada en ayudar. Y que regaló la adecuada combinación de temperaturas y precipitaciones para terminar de recoger uvas sanas, frescas y en sazón horas antes de que llegaran las lluvias. Vendimia manual y cuidada elaboración dieron paso a una combinación, casi siempre exquisita, de la fuerza de esa zona y la sofisticada presencia de las barricas francesas utilizadas ya en la fermentación. 

Desafío que en esta botella se resuelve en favor de la suavidad, madurez y profundidad sostenidas por amables taninos casi pulverizados. Así evoluciona un tinto cuyo corazón apunta hacia la fruta negra sin rechazar toques a regaliz, guindas, cacao, café en grano, madera y especias como el clavo. Una exhibición de complejidad y acidez que realza sus intensos aromas y su marcado carácter.

Bodega: Cruz de Alba
Webhttps://cruzdealba.es
DO: Ribera del Duero
Variedad: tempranillo
Alcohol: 14,5 %
PVP: 31,35 euros