MARÍA JESÚS ALONSO
Es, antes de conocerla, esa finca en la que una querría quedarse. Soledad, silencio y la presencia cercana de las montañas y el mar rodean a Can Sumoi. Una masía situada en la Sierra del Montmell (Tarragona) que llegó a estar abandonada al igual que sus cepas. Cerca de cuatrocientas hectáreas de bosque y veinte de viñedos plantados hace medio siglo y felizmente recuperados en media docena de vendimias. Todo ello gracias al impulso vital que parece conducir a Pepe Raventos (Raventós i Blanc) a extender su pasión por los vinos naturales y por la agricultura orgánica y biodinámica.
Una verdad que dictan también sus espumosos de impresionante factura y estos sorprendentes vinos tranquilos, a partir de variedades tradicionales, que encierran las bases de una lección magistral. Un blanco y un rosado que en cosecha seca y cálida como la del 2022 presumen de acidez, muestran un grado alcohólico más que prudente y exhiben una amplia sucesión de aromas frutales, recuerdos a plantas aromáticas y suaves tonos cítricos.
Vinos estilizados, enormemente agradables y muy frescos que renuevan, como Garnatxa Blanca 2022, el estilo de las elaboraciones con esa variedad cultivada aquí con prácticas ancestrales y en altura. También está cuidado de la misma forma y plantado a ese nivel uno de los dos vidueños que se funden en La Rosa 2022 para ofrecer un rosado ligero de igual o parecida finura y delicadeza. Una pareja en dos colores -creada sin aditivos y con la menor intervención posible- sobre la que es difícil decir si anuncian lo mejor del futuro o miran hacia un pasado que nunca debió perderse.
Bodega: Can Sumoi
Web: https://cansumoi.cat
DO: No tiene / Penedès
Variedades: garnacha blanca / sumoll (60 %) y xarel·lo (40 %)
Alcohol: 12,5 % / 11,5 %
PVP: 12,33 euros / 13,16 euros