Chivite: 375 años de historia resumidos en tres vinos

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El año se va dejando atrás un aniversario. La historia encadenada por once generaciones de viticultores que comienza en 1647 y que cumple, por tanto, 375 cosechas. Tiempo que ha servido para asociar al vino con el apellido Chivite, para elevar a una tierra, Navarra, en la que se enraízan sus cepas y a unas variedades que han seguido el movimiento del péndulo marcado por cada época. La última de esas etapas abraza, sin renunciar a otras, la modernidad que supone volver la vista hacia aquellos vidueños que tantas satisfacciones han dado durante siglos. 

Tan largo y complejo recorrido es difícil de seguir sin acercarse a sus creaciones. Esa es la oportunidad que ofrece ahora la bodega sacando al mercado mil unidades de un lote de tres botellas que se venderá a ochenta euros. Lo forman Chivite Colección 125 Reserva 1994, Chivite Colección 125 Reserva 2002 y Chivite Colección Vino de Guarda 2017. Pasado, presente y evolución de un proyecto resumido en la imagen que reflejan algunos de sus mejores tintos. 

El último de esa relación es un tempranillo criado durante dieciocho meses en barricas de roble francés que muestra intensa carga frutal y notas a regaliz, tostados y especias. Chivite Colección Vino de Guarda 2017 resulta amplio, estructurado y muy sabroso. Un vino señalado por la madurez y el frescor que llega al mercado llamando la atención. Lo mismo que ocurre con Chivite Colección Blanco 2019, otra de las últimas apariciones, que ayuda también a intuir el futuro. Se trata de un interesante chardonnay fermentado en barrica que se limita a esbozar la impronta de su paso por madera. A cambio, lleva a primer plano sus aromas frutales y sus recuerdos cítricos envueltos en una textura ligeramente cremosa. Equilibrada sensación de volumen y seriedad que respeta su amable, atractiva y elegante figura.