Abadía de San Quirce Crianza 2018, ribera en estado puro 

Tiene algo de retorno a aquellos vinos que consagraron a la Ribera del Duero. Esa expresión, pura e intensa, de su principal variedad, su tierra y su clima extremo. Un estilo que, en las mejores condiciones, ofrece tintos con profunda capa, cargados de fruta y muy concentrados. Y también con una nobleza que, tras permitirles salir con bien de su paso por madera, les lleva a desarrollar una lenta y positiva evolución      . 

Así ocurre con este Abadía de San Quirce Crianza 2018 que destaca por la mayoritaria presencia de fruta negra (grosella, arándanos y mora) salpicada por algunos suaves recuerdos a frutos rojos (frambuesa). Una apertura aromática que da paso a la presencia de notas especiadas (pimienta negra, anís y otras) matizada por los apuntes a brea, cacao y caramelo. 

Muestra madurez sin excesos y cuenta con raza, carácter y fuerza más que suficientes para que su grado alcohólico no sobresalga. También le ayuda a conseguirlo el marcado frescor balsámico que equilibra el conjunto. Una virtud que le acompañará el resto de su vida y que lo convierte ya en una apetecible experiencia y en un claro ejemplo de un ribera en estado puro. 

Bodegas: Imperiales
Web: https://www.bodegasimperiales.com
DO: Ribera del Duero
Variedad: tempranillo
Alcohol: 14,5 %
PVP: 15,63 euros