Todos los que tenían que estar, están. Y además, completamente de acuerdo. Era fundamental, dice Víctor Mora su alcalde. El Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, la Diputación de Cádiz y la Junta de Andalucía quieren que esa localidad presente su candidatura a capital gastronómica de 2022. Hace más de un año que REVISTA DEL VINO dejó también clara su opinión con este artículo:
Sanlúcar quiere ser Capital de la Gastronomía
(Publicado el 15/12/2019) Quien no haya visto ponerse el sol sobre Doñana desde la segunda planta de Casa Bigote tiene algo pendiente. Y si lo ha hecho en compañía de unos langostinos de Sanlúcar de Barrameda y una manzanilla en rama añadirá dos cosas más a contar en la vida.
Sanlúcar está, parafraseando al Divino Calvo, donde tiene que estar: junto a la desembocadura del Guadalquivir, el lugar donde se crían los mejores langostinos del mundo. Frente a esas aguas, a un lado el Parque Nacional y al otro, un barrio que fue de pescadores, Bajo de Guía. Allí se arraciman un puñado de restaurantes -no solo Bigote- que se han multiplicado creando tabernas con una oferta presentada de manera más informal. Y en todos ellos, las delicias de la zona (acedías y otros muchos pescados, sopas de galeras…) regadas -cuando el visitante sabe apreciarlos- con los vinos de unas bodegas situadas unos metros más allá.
Y en calles más céntricas, locales como Argüeso que ocupan una parte de esos cascos bodegueros abrazando una apetecible fusión japogaditana y clásicos que mantienen por enseña las tortillas de camarones, como Casa Balbino, o las papas aliñás, como Barbiana. Y bares donde ofrecen exquisitos chocos a la plancha o rincones, no siempre fáciles de encontrar, donde quizá sigan preparando arroces con pato,
Con todo ese bagaje, ya están dando los primeros pasos para reclamar que un día no muy lejano la capital gastronómica de este país sea Sanlúcar de Barrameda. Y como cuenta Diario de Jerez, han comenzado por preguntar a quienes otorgan anualmente ese título si para llegar a ser Capital hace falta ser capital. La respuesta ha sido que no, que cualquier localidad puede aspirar a ese reconocimiento. Y que si lo merecen, -lejos no están-, adelante.
María Jesús Alonso