El mayor productor de corchos del mundo, Amorim, ha conseguido, como prometió hace 18 meses, eliminar el TCA detectable en cada una de las unidades que fabrica. El tricloroanisol (TCA) es el causante del olor a moho que arruina una parte de las botellas de vino que se producen en todo el mundo. Amorim fabrica anualmente 5.500 millones de tapones, lo que representa la mitad del mercado de corchos naturales y el 30 % de la producción total.
La revista británica The Drinks Business, que ha dado la noticia, informa que a diferencia del proceso de cribado de esa empresa, NDtech, que ofrece a los compradores de corchos naturales una garantía contra el TCA no detectable, el último avance elimina el TCA. Esa nueva tecnología se puede aplicar en todos los ámbitos y especialmente a tapones de corcho de una sola pieza. El sistema, que se llama Naturity, estará listo a finales de año.
Más información: https://www.thedrinksbusiness.com
Foto: Mauro Lima (Unsplash)