El mayor fabricante de corchos del mundo, la empresa portuguesa Amorim, ha anunciado que está en condiciones de poner fin a la contaminación de las botellas de vino por TCA, el conocido como olor a corcho. La noticia fue revelada por el responsable del grupo, Antonio Amorim, en una entrevista concedida a La Revue du Vin de France de la que se han hecho eco, entre otros, el periódico The Times y la revista Decanter.
En sus declaraciones Amorim asegura que, tras años de investigación, puede garantizar que todos los corchos que salgan de sus fábricas a partir del próximo diciembre “tengan un riesgo TCA igual a cero”’. El tricloroanisol y otros compuestos similares como el tribromoanisol son los causantes de ese temido olor que impide disfrutar del vino y causa serios problemas a muchas bodegas.
Foto: Elisha Terada (Unsplash)