El mundo, a su alrededor, parecía enloquecer. Y mientras, el vino seguía su lenta y favorable evolución gracias al silencio, la humedad y la temperatura amable de la bodega. Un invierno seco y templado junto a una primavera especialmente lluviosa creaban las condiciones para que el velo de flor se desarrollase más y mejor que nunca. Tan solo hacían falta la venencia, el catavinos y la experiencia de Silvia y Antonio Flores para elegir las mejores botas. Una primera selección de 200 de las que saldrían, tras una segunda ronda de descarte, las 69 que han dado vida a este Tío Pepe en Rama 2020.
La exquisita sensibilidad necesaria para separar lo excelente de aquello que casi lo es se ha extendido a nuevos aspectos de esta historia. La solidaridad con quien, en otros momentos, hubiera servido esas botellas, como el preciado tesoro que son, a algunos de los muchos aficionados que las esperan en cualquier rincón del mundo. La afirmación, dirigida a la hostelería, de que no están solos, y que -entre otras muchas cosas- los beneficios de esta saca, tan especial como magnífica, se destinarán a apoyar su reapertura.
Espectacular es el único término que se ajusta al grado de intensidad de este fino que no ha sido ni filtrado ni clarificado. Retirar el tapón de la botella es suficiente para apreciar con claridad sus aromas a camomila, piel de aceituna, almendras y hongos. Las características de la albariza y de la crianza biológica dejando su huella sobre el vino con una profundidad pocas veces contemplada. Al igual que se ve con escasa frecuencia tan destacada sensación de volumen y fuerza acompañada, se diría que inexplicablemente, por no poca finura, elegancia y delicadeza.
Bodega: Tío Pepe
Web: https://www.tiopepe.com/
DO: Jerez
Variedad: palomino
Alcohol: 15,20%
PVP: 15 euros