La fuerza de sus tonos verdes se muestra como nunca antes. Nítidos recuerdos a hojas de olivo, tomate e higuera respaldados por un agradable picor. Es el toque intenso pero muy atractivo que caracteriza, en este año tan seco, al Primer Día de Cosecha Picual. Una propuesta de Castillo de Canena que camina ya por su XIV edición convertido en referencia indiscutible entre los aceites españoles. Y que permite a los amantes de esa variedad disfrutar de una de sus comparecencias más expresivas.
Su pareja en tan atractivo baile, Primer Día de Cosecha Arbequina, comparte en esta ocasión la inclinación hacia una mayor potencia y carácter. Ligeras notas amargas y picantes junto a marcados recuerdos a hierba fresca, almendras verdes, manzanas, plátano y otras frutas que le permiten distinguirse por su complejidad. Y también por esa elegante suavidad, incapaz de abandonarle, que invita a incluirlo en las más delicadas preparaciones culinarias.
Les dan vida, a uno y otro, una selección de aceitunas necesariamente elaboradas con primor y recogidas sin la menor sobremaduración. El regreso a una tradición nacida entre olivares y almazaras -el primer día de cosecha-, cargado de encanto y hasta de magia, que permite obtener el más fragante de los zumos.