Ribera del Duero ha cerrado la vendimia 2019 con una calidad muy alta y una menor cantidad que otros años debido especialmente al escaso tamaño y peso de las uvas. La incidencia de ese tamaño en la relación superficie/volumen de la baya y la perfecta maduración, gracias a las condiciones climáticas, están ofreciendo vinos vestidos con un profundo color.
“En definitiva, vinos frescos y elegantes con una nariz muy expresiva y gran equilibrio en boca destacando especialmente lo aterciopelado de sus taninos”, en palabras de Agustín Alonso, director técnico del consejo regulador. “2019 no sólo hará las delicias de los amantes de los vinos jóvenes y frescos más ligeros, sino también las de los amantes de los vinos de guarda de Ribera, recordando en cierta medida las longevas cosechas del siglo pasado”, concluye.
En total se han recogido 96 millones de kilos. Entre ellos, y debido a la reciente modificación del reglamento, 600.000 de la variedad albillo mayor que permitirán sacar por primera vez al mercado blancos acogidos a esta denominación de origen.