Los vinos submarinos son complejos y con matices diferentes. Es una de las conclusiones del estudio realizado por la Universidad de Alicante y Bodega Submarina del Mediterráneo en colaboración con Protos. La bodega ha participado en esta experiencia con cuatro de sus vinos. Todos ellos han estado sumergidos durante seis meses en la costa de Alicante a 28 metros de profundidad.
El departamento técnico de Protos señala que la microvibración provocada por las corrientes marinas, la presión, oscuridad y temperatura constante han originado vinos con una madurez más acelerada. Su nariz es menos fresca pero elegante y en boca aparece un interesante toque salino que modifica al vino y hace que resulte muy atractivo y peculiar.