Tomás Postigo, uno de los más reconocidos enólogos de la Ribera del Duero, acaba de sacar un nuevo tinto con la marca Rebollo. Se trata de un vino criado en barricas de roble Quercus Pyrenaica cuyo nombre común en Castilla y León es rebollo. Es la primera vez que se comercializa un vino criado en rebollo en España. El roble español tiene características intermedias entre el francés y el americano pero con una mayor cantidad de compuestos aromáticos. También aporta al vino mejores propiedades para su crianza y evolución en botella, pudiendo alargar su vida hasta cinco años más que el roble francés.
En España el roble sólo se encuentra en el centro y norte de la Península Ibérica. El principal problema es que no existe una gestión forestal como la que se lleva a cabo en los bosques de roble francés. La bodega ha seleccionado uno a uno los robles adecuados para la elaboración de barricas controlando su talado, buscando la máxima calidad y a la vez la sostenibilidad de los bosques. Los troncos se han llevado al aserradero en Cantabria para cortar las tablas que se han secado en Francia. Las barricas se han confeccionado en una tonelería en Navarra.
Las experiencias realizadas por varias instituciones, señala Brígida Fernández de Simón, muestran que la madera de Quercus pyrenaica resulta equilibrada en su composición tánica y rica en compuestos aromáticos tan interesantes como el eugenol y la cis-whiskylactona, entre otros. Los vinos resultantes fueron muy bien valorados, y preferidos frente a los mismos vinos envejecidos en roble americano y francés, con mayores notas de tostado, torrefacto, café con leche, especias e interacción madera-vino. Se puede considerar por tanto que es una madera perfectamente válida e idónea para el envejecimiento de vinos de calidad.