Tiene dos mil años, es el vino encontrado en estado líquido más antiguo del mundo, es blanco y es español. Fue elaborado en la Bética, provincia romana cuya capital estaba en la actual Córdoba. Una urna de cenizas contenía un líquido rojizo que fue sometido a complejos análisis por investigadores de la Universidad de Córdoba que han publicado sus conclusiones en Journal of Archaeological Science: Reports. “El perfil de sales minerales y, especialmente, la detección y cuantificación de algunos polifenoles típicos permitieron identificar el líquido como vino blanco”, señalan.
El hallazgo se produjo durante los trabajos de rehabilitación de una casa en Carmona (Sevilla). El mausoleo descubierto contenía ocho nichos. Dos estaban vacíos y cada uno de los otros seis contenía una urna para cenizas. En su interior, restos de cremación y objetos utilizados en rituales y ofrendas funerarias. La urna del nicho ocho, conservada en excelentes condiciones, era una “olla ossuaria” de vidrio con asas situada dentro de una caja de plomo con forma de huevo. La olla guardaba restos óseos y un anillo de oro tallado con Jano Bifronte cubiertos por cinco litros de un líquido rojizo. En aquella época “el vino solía colocarse junto con agua y alimentos como la miel -explican los especialistas- entre el ajuar funerario para acompañar al difunto en su transición hacia un mundo mejor”.
Los vinos producidos en la Bética romana se elaboraban, tal y como describe Columela en el libro XII de su De re rustica, siguiendo estrictamente la tradición romana. “Los más similares entre los vinos actuales son probablemente los vinos finos de la denominación de origen Jerez”, indica el informe. El perfil mineral es equiparable al de los actuales vinos de Jerez, finos del Condado de Huelva y vinos finos de Montilla-Moriles, una denominación de origen situada no muy lejos de Carmona. Los elementos principales de los vinos actuales también estaban presentes en el líquido rojizo.
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