Los viñedos de Rioja Oriental (la única zona analizada en esta ocasión) muestran un adelanto de dos semanas respecto al año pasado según el primer boletín de maduración del consejo regulador. Esta situación afecta sobre todo a la evolución del tempranillo y del tempranillo blanco. El peso de la baya es menor que el año pasado en todas las variedades y los racimos se muestran menos compactos. La evolución de la acidez y pH así como de la madurez fenólica muestran valores iniciales correctos.
El informe califica de “muy bueno” el estado sanitario y vegetativo del viñedo y señala que hay zonas con síntomas de estrés hídrico y golpe de calor, especialmente en parcelas de graciano. En términos generales, concluye, “no se está viendo condicionada la maduración”.