Introducir nuevas variedades, aumentar la producción por hectárea, crear la categoría de cavas jóvenes con menos del mínimo ahora establecido de nueve meses de crianza y que en los cavas rosados se pueda mezclar vino tinto con blanco de manera similar a como lo hace el champán. Esas son algunas de las propuestas que someterá a la aprobación del consejo regulador tras su renovación en el mes de julio Pedro Ferrer, vicepresidente y consejero delegado de Grupo Freixenet, informa La Vanguardia.
“El cava tiene que recuperar el terreno perdido en los últimos años y para eso deberíamos retocar los reglamentos para adaptarlos al avance de la competencia y a la realidad de la viticultura actual”, ha declarado Ferrer a ese periódico. “Hay que evitar disparar por fuera de forma aislada porque unir al sector es muy difícil”, ha sido la respuesta de Javier Pagés, presidente de la DO Cava.
El éxito imparable del prosecco, un espumoso italiano que en 2021 ha embotellado casi 630 millones de unidades, dos veces y media más que hace ocho años, está detrás de este estallido. Y también, el que los planes de promoción del consejo regulador se centren exclusivamente, según Freixenet, en los cavas de mayor precio cuando “deberían abrirse a todas las categorías”.
La DO Cava ha sufrido ya dos escisiones que han llevado a la creación de Corpinnat y Clàssic Penedès. Freixenet asegura que quiere crecer con el cava pero que si no hay acuerdo se planteará otras medidas. “Podríamos vender más vino espumoso Freixenet sin denominación de origen, como ya hacemos con Mía, e incluso producir en cualquier otro sitio, como en La Mancha”.
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