Se apagan las luces sobre dos historias de Atrio: la más bella y la más triste

IGNACIO PÉREZ LORENZ

Ha vivido, separadas por unos años, la más bella y la más triste historia. Protagonista de ambas, la bodega de un restaurante cuya carta de vinos recuerda por su tamaño a un libro de cantos. En esa colección, la botella rota y más tarde recompuesta que permitió escribir una historia de amor. Ahora, tras su desaparición, un acuerdo confidencial con la compañía aseguradora, que obliga a no revelar ni el nombre de la empresa ni la cantidad a pagar, parece que pondrá fin a un asalto que seguirá investigando la Policía Nacional. 

Toño Pérez y José Polo, toda una vida dedicada a Cáceres y a su pasión por la gastronomía y el vino, tuvieron años atrás el acierto de llamar a Château d’Yquem cuando accidentalmente se rompió su más preciada joya. La respuesta fue que la preservaran en frío y recorrieran cuanto antes los novecientos kilómetros que les separaban. De esa forma consiguieron salvar el dorado brillo de ese blanco de podredumbre noble considerado un mito y una joya de la enología. 

Los técnicos de la casa que lo había elaborado dos siglos atrás trasladaron el contenido a otra botella tras comprobar que aquel vino de 1806 se encontraba en perfecto estado. Unos cristales sirvieron para rellenar el hueco dejado por el líquido derramado para que ese sauternes pudiera seguir envejeciendo en paz. Tener la oportunidad de escuchar a los protagonistas de uno y otro lado, château y restaurante, relatar la aventura emocionaba como pocas cosas pueden hacerlo.

Era la referencia más cara de un establecimiento que cuenta con dos estrellas Michelin. Estaba valorada, suponiendo que tuviera precio, en 350.000 euros. Los ladrones, al parecer dos clientes alojados en el hotel (un hombre y una mujer con pelucas que hablaban en inglés), se llevaron también otras seis botellas de la misma marca y 38 del Domaine de la Romanée-Conti, la más cotizada marca de Borgoña y quizá de todo el mundo. 

Se cerraba con tan desagradable final la historia más bella del vino jamás contada. Cinco meses después de aquel robo que, como en las novelas y en las películas, dibujó un retorcido giro al final del relato para sorprender a todos, comienzan a apagarse las candilejas que han permitido contemplar esta representación. Atrio seguirá, igual o casi igual que siempre, luchando por sustituir de la mejor manera posible lo insustituible.
Foto: Hotel Atrio