Un estudio científico publicado en la revista Cerebrovascular Diseases sugiere que el consumo de algunos componentes de la dieta mediterránea, como aceite de oliva y vino, está relacionado con un mejor pronóstico después de un ictus. Los investigadores, neurólogos de numerosos hospitales españoles, advierten que se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos.
El ictus, una de las principales causas de mortalidad, se produce por la interrupción del riego sanguíneo en una parte del cerebro debido a la obstrucción o rotura de un vaso. La adherencia a la dieta mediterránea se ha asociado a una menor incidencia. Esta forma de vida parece tener efectos neuroprotectores y de reparación neuronal.
La ingesta moderada de vino tinto se asociaba con una mejora de la recanalización arterial completa tras la extracción del trombo. No está claro el mecanismo concreto por el que se produce este efecto pero podría estar relacionado con las altas concentraciones de polifenoles presentes en el vino tinto.
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Foto: Juan Gómez (Unsplash)