Albariños que han estado mucho tiempo en contacto con sus lías, mencías de Ribeira Sacra, garnachas de Sierra de Gredos, o algunos vinos con tonos reductivos y ahumados de las Islas Canarias. Esas son las preferencias de Aldo Sohm, sumiller del restaurante neoyorkino Le Bernardin. “¡Es sorprendente -añade- cómo se está reinventando España. Hay grandes vinos en cualquier parte!”.
Sohm es uno de los especialistas consultados por la revista estadounidense Forbes sobre qué zonas tienen intención de explorar en los próximos meses (The Best Wines To Drink In 2020). Muchos de ellos contestan que piensan volver al confort de las regiones clásicas de Francia e Italia. Otros muestras sus preferencias por los vinos de Georgia, Armenia y Líbano o por los estados emergentes (Texas, Arizona, Michigan) de EE. UU. También hay quienes eligen las bodegas con prácticas sostenibles, las regidas por mujeres, los vinos naranjas o el té.
Entre las pocos que citan a nuestro país está también Vicki Denig, del portal digital Verve Wine, que anuncia su deseo de regresar a los productores que hicieron historia en regiones tradiciones. En sus preferencias incluye a Rioja además de a Champagne, Barolo y Borgoña. “Quizá sea un poco más pobre en 2020 pero al menos beberé maravillosamente bien”, dice.
Una referencia indirecta, la de Tim Teichgraeber. Este escritor asegura que las variedades ibéricas (verdejo, garnacha tinta, garnacha blanca y touriga nacional) están mejorando sus resultados en Estados Unidos. “El calentamiento global es real -añade- y esa cepas jugarán un importante papel en el futuro del vino de California”.
Más información: https://www.forbes.com/sites/adammorganstern/2019/12/28/the-best-wines-to-drink-in-2020/#5eae5b2a7c89