Los premios Herencia Ribera, dedicados a reconocer la aportación y el esfuerzo de las personas que promovieron la fundación de esa denominación de origen, han correspondido en esta primera edición a Ismael Arroyo y Pilar Pérez Albéniz. Concedidos por el Consejo Regulador de Ribera del Duero, en colaboración con el Ayuntamiento de Aranda y la Ruta del Vino, se entregarán el sábado 28 de septiembre.
Ismael Arroyo fue un hombre hecho a sí mismo que a los 14 años acompañaba a su padre, de profesión botero, en los viajes por las provincias de Burgos, Soria y Segovia transportando pellejos de cinco cántaras de vino. Comenzó a plantar viñas cuando no se les daba el valor que tienen en la actualidad y en 1979, con el apoyo de sus hijos, elaboró y embotelló su primer vino. Arroyo, que fundó la firma que lleva su nombre antes de que se creara la Ribera del Duero, promovió junto a un reducido número de viticultores-bodegueros la denominación de origen. Falleció el año pasado.
Pilar Pérez Albéniz, propietaria de la bodega Peñalba López-Finca Torremilanos, es una de las fundadoras de la denominación de origen y una persona adelantada a su época. Está considerada una mujera valiente y emprendedora que abrió camino a las que vinieron después. Impulsó prácticas innovadoras como el uso de la biodinámica o el cultivo ecológico, fomentó la promoción internacional de Ribera del Duero e impulsó el enoturismo al inaugurar un hotel en Finca Torremilanos (Aranda de Duero) hace más de 15 años.