El presidente de ASAJA Castilla-La Mancha, Fernando Villena, propone que “los precios que se paguen a los viticultores por la uva contemplen la calidad, los costes de producción y la reducción de cosecha”. En ningún caso, señala, el precio debe establecerse en función de lo que se está pagando en estos momentos por el vino de la cosecha anterior.
“Hasta ahora, siempre se ha referenciado el precio de la uva al del vino de la cosecha pasada, sin tener en cuenta otros factores como los costes de producción. La Universidad de Castilla-La Mancha ya está elaborando un estudio de los costes de la uva y quedará demostrado –señala el presidente de ASAJA CLM- que con frecuencia los precios a los que se paga la uva generan pérdidas a los agricultores”.
La producción en Castilla La Mancha se situará este año entre 19 y 21 millones de hectolitros lo que supondrá una disminución de cerca de un 40 por ciento a causa de la sequía. La calidad será excepcional, con dos grados Baumé más que el año pasado, uno de los requisitos más valorados en las operaciones comerciales.