Las labores de corta y molturación en el Marco de Jerez han comenzado con la uva de los viñedos situados en el interior, los primeros en alcanzar los niveles suficientes de madurez. La vendimia se generalizará en un par de semanas al extenderse a los viñedos de la costa.
La cosecha apunta a una disminución entre el 20% y el 25% debido a la ausencia de lluvias en los últimos meses. Las rociadas nocturnas y las bajas temperaturas han evitado un mayor descenso en volumen. Es un año muy seco, señala el consejo regulador, en el que han caído apenas 400 litros por metro cuadrado frente a la media anual superior a 600.
El verano ha sido de los más frescos que se recuerdan con temperaturas inusualmente bajas durante el mes de julio. La ausencia de días de levante ha sido casi total y se han sucedidos las blanduras o rociadas nocturnas de poniente que han contribuido a hidratar el fruto.
Como consecuencia de todo ello ha habido algunos brotes de pudrición y de oidium en viñedos de la costa que están controlados. La uva que está entrando en los lagares es de un nivel de sanidad alto y, a pesar del tiempo, ha alcanzado graduaciones considerables en torno a los 12º Baumé. Las suaves temperaturas desde el momento del envero han propiciado una maduración muy lenta, lo que en algunos viñedos del interior se ha traducido en niveles de acidez, y de calidad potencial, inusualmente altos.