La Comisión Europea (CE) ha declarado Denominación de Origen Protegida a tres pagos de Castilla-La Mancha, La Jaraba, Vallegarcía y Los Cerrillos. Esta figura reconoce una “calidad diferenciada debida al medio geográfico en el que se producen las materias primas”.
Bruselas reconoce que el suelo La Jaraba, en el término municipal de El Provencio (Cuenca), tiene un contenido en estroncio significativamente superior a los del entorno que transmite a los vinos un mayor carácter mineral. La zona está rodeada de una gran extensión de encinas y pinos que la protege del viento cálido y seco de levante. La mayor humedad se traduce en una lenta maduración de la uva que alcanza más color, taninos y aromas en el fruto y, por tanto, en el vino.
Vallegarcía es el nombre de un valle que posee un sustrato geológico específico, la Raña del Fresno, caracterizado por una formación especial del suelo. Las uvas producidas en esta zona poseen unas características exclusivas (gran intensidad, cualidad aromática y largo paso de boca). La Comisión Europea destaca también la frescura de los valles, la protección que ejerce la sierra de los vientos del norte y la elevada pluviometría, factores que crean un microclima diferenciado. Los elevados contenidos en sílice, hierro y aluminio, así como la presencia en gran cantidad de tierras raras, le confieren un carácter diferente al resto de Castilla-La Mancha.
El viñedo de Los Cerrillos, junto al embalse de Peñarroya, a 695 metros de altitud, está rodeado de cerros que lo convierten en una zona fresca. Esta situación, junto a la vendimia tardía, favorece la fotosíntesis, reduce el pH, aumenta la acidez y favorece una mayor concentración de antocianos.