El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido “hacer algo” con el vino francés que asegura llega a su país casi completamente libre de aranceles mientras que Francia impone elevadas tasas a los vinos norteamericanos. Una situación injusta, ha dicho en una entrevista concedida a la CNBC tras regresar de su visita a Normandía.
Cualquier “guerra del vino” con Francia afectaría al resto de la Unión Europea, han señalado varios expertos, ya que las tarifas del comercio exterior forman parte de la política común. Un tercio de las exportaciones europeas de vino tienen como destino a Estados Unidos, el mayor mercado para los productores del viejo continente.
Donald John Trump, que asegura no beber alcohol, es propietario desde 2011 de una bodega, Trump Winery, cerca de Charlottesville, en el condado de Albemarle (Virginia). La bodega, una de las mejores de ese estado, estaba embargada por un banco. Las instalaciones y el vino sin embotellar, valorados en más de 60 millones de euros, fueron adquiridas por el hoy inquilino de la Casa Blanca por algo menos de 5,5 millones de euros. Su hijo Eric gestiona ahora el negocio.