Tomás Postigo 2016, un vino de guarda

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Podría parecer un viaje a ninguna parte pero ha sido en realidad la más larga de las travesías. Un recorrido que le ha llevado a ocupar una envidiable posición y que le ha permitido contemplar un fenómeno muy poco frecuente. Algunos de sus compañeros se refieren a él, espontáneamente, como el mejor enólogo de la zona. Todo ello sin salir -salvo para crear un espectacular blanco en Rueda- de una localidad a la que llegó hace varias décadas: Peñafiel.

Conoció e impulsó la Ribera del Duero cuando esa denominación daba balbucientes pasos y más adelante fue alma y vida de alguno de los principales proyectos. Finalmente su marca ha llegado a ser la misma que su nombre y desde hace unos años sorprende con unos vinos tan fieles a su personalidad y tan respetuosos con su trayectoria que no necesitarían etiqueta.

Hace ya mucho tiempo que Tomás Postigo demostró su maestría en la bodega y en el campo. Por ello no debe sorprender que su selección de parcelas, extendidas por numerosos municipios, le permita crear en 2016 un tinto de profundos y delicados aromas (frutas rojas, apuntes florales, caramelo, tostados y especias) que resulta maduro, equilibrado y con claras notas de frescor. En su final, la intensa y concentrada presencia de un paisaje ribereño con la elegante complejidad que le otorga su coupage. Un vino de guarda que seguirá llevando durante toda su larga vida el sello de un gran elaborador.

Bodega: Tomás Postigo
Web: http://tomaspostigo.es
DO: Ribera del Duero
Variedades: tinto fino, cabernet sauvignon, merlot y malbec
Alcohol: 15 %
PVP: 26 euros