Su nombre, Solear y sus apellidos, Manzanilla Pasada en Rama. Una trabajada herencia a la que no se puede pedir más y la mejor expresión de esa creación mágica y cristalina de Bodegas Barbadillo. La cuidan y la protegen Montse Molina, su enóloga, un velo de flor que la mantiene alejada del oxígeno y una arquitectura bodeguera nacida para frenar temperaturas, acomodar humedades y limitar la influencia de los malos vientos.
Cinco o seis años son necesarios para que esa manzanilla dicte su misterio y al menos un par más para que se transforme en una manzanilla pasada. Solo entonces encontraremos tan descarada potencia en claro contraste con su finura y elegancia. Presentada en rama (sin filtrar) nos hará sentir una emoción parecida a la que imponen los cascos bodegueros y las catedrales cada vez que la venencia extrae una pequeña parte del contenido de esas botas.
Tras la más extraña primavera (y no para la flor sino para sus partidarios) llega la saca de verano. Subida de color -señal de alarma sobre una vida, la del velo, que comienza a apagarse- pero intensa como en pocas ocasiones. El marcado carácter de sus recuerdos salinos y de sus notas a piel de aceituna, almendra, hongos y levadura son una llamada de atención sobre el suave, sedoso y hasta fresco trago que envuelven. Le sigue un final que puede parecer interminable y que de nuevo te traslada al interior de la bodega.
I. P. L.
Bodega: Barbadillo
Web: https://www.barbadillo.com/
DO: Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda
Variedad: palomino fina
Alcohol: 15 %
PVP: 14 euros