Al menos dos “vinos azules”, nombre que en España no está permitido utilizar, deben su color a la presencia de un conocido aditivo. Así lo establece un análisis realizado por la Universidad Paul Sabatier de Toulouse sobre las marcas Imajyne y Vindigo publicado por la revista European Food Research and Technology. El primero está elaborado en Córcega y el segundo, a partir de un blanco español.
Las etiquetas de estas botellas los describen como un vino natural, señalan los autores del estudio, pero las pruebas realizadas revelan que contienen un colorante llamado azul brillante FCF que la relación de ingredientes no revela. El creador de la marca Imajyne niega haber utilizado este producto.
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