Torremilanos 2015, las múltiples facetas de un crianza

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Nada como una gran cosecha para dedicarse con placer y con mucha calma a elaborar. El 2015 en la Ribera del Duero regaló fruta en abundancia, color, concentración y equilibrio. Vendimiar cada parcela en el momento oportuno era una de las pocas, y muy pequeñas dificultades, a las que se enfrentaron los enólogos.

En Torremilanos, histórica finca situada en las proximidades de Aranda de Duero, la oportunidad que siempre supone una añada casi perfecta se presentó en el momento adecuado. Agricultura biodinámica, prácticas ecológicas, sobrada experiencia y muchas hectáreas de viñedo donde elegir lo mejor para este cuidado crianza: cepas con medio siglo de promedio plantadas entre los ochocientos y los novecientos metros de altitud.

En esas condiciones, la principal decisión era diseñar el estilo. En este caso, la combinación de tinta fina con un 5% de cabernet sauvignon. Un porcentaje pequeño pero capaz de modificar estructura, carácter y sabor Y también de proporcionar al vino, probablemente, una más larga vida o al menos una más lenta evolución.

Veintidós meses de crianza en barricas bordelesas, de los que ha salido indemne, dan paso, tras el necesario reposo en botella, a un tinto profundo, poderoso y armónico que apunta hacia la fruta negra mayoritariamente. Una de las múltiples y cambiantes facetas con las que parece jugar constantemente. Como si las dos expresiones que acumula, la belleza de la versión local del tempranillo y la fuerza de la variedad bordelesa lucharan por imponerse antes de terminar de fundirse. El tiempo pondrá fin al conflicto y mostrará, sobre la base del ya interesante presente, la complejidad y el desarrollo que un crianza así puede alcanzar en el futuro.

Bodega: Torremilanos
Web: https://www.torremilanos.com
DO:  Ribera del Duero
Variedad: tinta fina y cabernet sauvignon
Alcohol: 14,5 %
PVP: 17,50 euros