Garnachas de Paniza, reescribiendo la historia

Lo tiene casi todo. El viñedo, la tradición, la experiencia y hasta los canales de exportación de una veterana cooperativa. También la fuerza y el impulso para haber dado el salto desde aquellas naves que durante tantos años ocupara Nuestra Señora del Águila a una moderna bodega llamada, como el pueblo en que se encuentra, Paniza. Y, se supone, que también los doce millones de euros invertidos en el proyecto.

Una transformación que incluye botellas, presentaciones y etiquetas para reescribir unos vinos cargados de historia. Fieles a ese pasado, y coincidiendo al mismo tiempo con las preferencias actuales, han escogido la garnacha para lanzar una nueva gama que sirva de estandarte a sus cambios.

El más logrado, Paniza Última Garnacha 2015, toma su nombre de las parcelas situadas a mayor altura (850 metros) y que por tanto se vendimian en último lugar. Un tinto que exhibe profunda capa, aromas a frutos rojos e intenso sabor. En su final, notas amargas, tostados, chocolate y especias (pimienta blanca).

Vino y racimos han sabido y han podido -lo que no siempre resulta fácil- detener su madurez en el momento oportuno. Justo antes de que surja la fruta compotada, se adivine la presencia de briznas de alcohol y se apague el necesario frescor que equilibra el conjunto. Un prometedor comienzo que obliga a seguir luchando para ofrecer lo mejor de esa variedad a veces esquiva y casi siempre maravillosa.

 

Bodega: Paniza
Web: https://www.bodegaspaniza.com/
DO: Cariñena
Variedad garnacha
Alcohol: 15 %
PVP: 11,95 euros