Primero de Toro, mejor que nunca

Le ha sentado de maravilla la tranquilidad de estos tiempos. Nació hace ya unas cuantas décadas como acelerada respuesta al boicot contra los productos franceses por las pruebas nucleares en un lejano atolón. Eran tiempos convulsos bajo el reinado de un joven francés: el beaujolais nouveau. Cada año, al anunciarse el otoño, aquel tinto sencillo, fácil y divertido se instalaba como invitado imprescindible en las mesas y en las fiestas de los parisinos, del resto de los franceses, de los japoneses y de unos cuantos más.

Modas que, como casi todas, pierden fuerza con el paso del tiempo. Y que al frenar esa  carrera por ser los primeros en llegar al mercado permiten a estas elaboraciones reposar con cierta calma. Circunstancia que parece agradecer este Primero de Toro que en 2018 se ha tropezado además con una cosecha memorable.

Gracias a ello ofrece una explosión de fruta roja que apenas deja asomar otros apuntes como unas ligeras notas a regaliz y tal vez un leve recuerdo a chocolate. Resulta llamativa la intensidad de su capa, la elegancia de su porte y la fuerza de su final. La siempre jovial y descarada expresión de la maceración carbónica se ofrece, especialmente en esta añada, realzada por la nobleza de una variedad, la tinta de toro. Una suma que permite al vino trascender a sus propósitos para mostrarse mejor que nunca.

Bodegas: Fariña
Web:
https://www.bodegasfarina.com/
DO: Toro
Variedad: tinta de toro
Añada:
2018
Alcohol:
13,5 %
PVP:
5,75