Viña AB Estrella de los Mares, “más complejo y salino” tras su vuelta al mundo

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“El tiempo y las condiciones medioambientales le han otorgado un color ámbar intenso y han aumentado su complejidad, con una notable influencia de su larga crianza biológica, así como un componente salino muy acentuado por la brisa marina”. Es la opinión de su hacedor, Antonio Flores, enólogo de González Byass, tras catar por primera vez, el amontillado Viña AB Estrella de los Mares como “vino mareado” o vino de ida y vuelta. 

La recepción de este generoso se ha llevado a cabo  en las bodegas de González Byass en Jerez de la Frontera, donde se ha firmado el manifiesto de entrega. Dos medias botas de este vino, con 250 litros cada una, fueron embarcadas en el 93º crucero de instrucción de guardiamarinas, que partió de Rota (Cádiz) en agosto de 2020 y con el que se ha conmemorado la primera circunnavegación del mundo realizada por la expedición Magallanes-Elcano hace 500 años. 

En esa aventura, que se convirtióo en una gesta universal, se embarcó vino de Jerez por valor de quinientos noventa mil reales, como consta en el libro de bastimentos que se conserva en el Archivo de Indias. Cinco siglos después, la bodega jerezana ha vuelto a enviar un jerez a dar la vuelta al mundo, recuperando una costumbre del pasado y logrando “una evolución extraordinaria” en el vino. 

Durante la navegación, factores como la temperatura, la presión y, sobre todo, el vaivén continuo de las olas del mar someten al vino a una intensa microoxigenación. De esa forma se acelera el proceso de oxidación y extracción de los componentes de la madera que influyen positivamente en la crianza del vino mejorando notablemente su calidad.