Una pareja (mazapán de Adolfo y Altos de la Finca) para presumir

Tan importante, acabar bien el año como empezarlo mejor. Una repetida frase no solo destinada al instante que marca la transición entre el 2021 y su predecesor. Es más el deseo y la necesidad de rodearse en estas fechas de personas y recuerdos entrañables. Y también, de los platos, los dulces y las bebidas que dejaron huella en nuestra memoria junto con aquellos hallazgos que deseamos o necesitamos compartir. 

Eso es lo que probablemente ocurra entre quienes se atrevan a probar una propuesta que planta sus raíces en la mejor tradición toledana. Y que la renueva para alcanzar el lugar mágico en que se sitúa toda Navidad. El mazapán de Adolfo, cocinero irrepetible, provoca desde hace décadas división de opiniones. Algunos piensan que está entre los mejores de esa ciudad y otros, directamente, que es el mejor. Altos de la Finca 2016 fue elegido hace muy pocos meses el mejor tinto con larga crianza de Castilla-La Mancha.  

La marca, que toma su nombre de las zonas más elevadas de Finca Constancia, se elabora solo con el producto de las parcelas que, por su orientación, maduran mejor. Dos variedades internacionales, petit verdot y syrah, permiten exhibir a esta creación de Beatriz Paniagua, la enóloga de la casa, intensa carga frutal y cierto frescor además de profunda capa, potencia, estructura y complejidad.  

Un poco de este vino, añadido como curioso relleno durante la fabricación del mazapán, consigue que se produzcan esas conexiones moleculares (o lo que sea) que buscan quienes de manera intuitiva o científica se declaran expertos en armonías. De esa manera, acompañar una copa de vino con uno de esos mazapanes se convierte, bajo la orgullosa mirada de los padres de las criaturas, en una experiencia a disfrutar y en una pareja para presumir.
Más información: https://vinosfernandotorres.com