Investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) han desarrollado un método para identificar vinos que resulta más simple, rápido y rentable que los descubiertos hasta este momento. Su utilización podría poner fin a la falsificación de marcas, un fraude estimado en miles de millones de euros en todo el mundo.
El equipo de científicos pudo establecer el origen de tintos elaborados con cabernet sauvignon de Burdeos y de tres regiones de Australia con una precisión del 100 %. La técnica consiste en identificar huellas dactilares moleculares mediante la “espectroscopía de fluorescencia”, que analiza la fluorescencia de las moléculas. La revista Food Chemistry ha hecho público el resultado de esta investigación.
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