Aumentan las peticiones de una destilación de crisis 

Ha sido Asaja Castilla-La Mancha la última -o la siguiente- en pedir una destilación de crisis. Esta medida, destinada habitualmente a regular el vino sobrante en campañas de gran producción, serviría ahora para paliar las consecuencias del estado de alarma sobre el sector. La organización agraria ha tomado esta decisión “ante el hundimiento de los precios y la paralización de operaciones comerciales”. 

En poco más de un año se ha pasado, explican a partir de datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), a comercializar a buen ritmo y a 0,76€/litro, a “vender a pérdidas, por debajo de los 0,50€/litro y con un mercado totalmente paralizado”. Las exportaciones, señalan, han caído un 25%. La organización agraria asegura que si no se activa la destilación de crisis las bodegas y cooperativas no tendrán capacidad para almacenar la producción de la próxima campaña.

Días atrás, en una reunión de la consejera de Agricultura de la Generalitat, Teresa Jordà, con representantes del sector hubo acuerdo sobre las medidas a tomar entre las que figuraba “activar la destilación de excedentes de vino”. Una decisión muy parecida a la adoptada por la DO Cava, que representa más del 60% de todo el sector. El consejo regulador ha incluido entre sus propuestas “solicitar ayudas públicas directas a la destilación de crisis para la reducción de excedentes de vino base cava”.